lunes, 5 de noviembre de 2012

Hoy la voz, las manos y el corazón me sirven de instrumento para rendir homenaje al más admirable de los hombres... Ese, del que hablo es mi padre. Un hombre cuya vida esta colmada de luchas andariegas y travesías incansables, de risas y de llanto, pero sobre todo de entrega sin reservas y luchas incesantes por ver crecer a sus hijos.

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